Cada vez que se produce un accidente de autobús salta la alarma y nos planteamos si se trata de un transporte seguro.

Y las cifras así lo atestiguan como han comprobado en Pons Seguridad Vial. Mientras que en el año 2014 fallecieron 26 personas en accidente de autobús, en 2013 sólo fueron 11. La media de los últimos 10 años es de sólo 17 fallecidos.

Comparando con otros medios de transporte y según los datos del año 2014, es, con mucha diferencia, el que menos fallecidos tiene: en 2014 fallecieron722 personas que viajaban en turismo, 287 en motocicleta, 160 en vehículos de transporte de mercancías, 75 en bicicleta y 53 en ciclomotor. Cifras similares a los países europeos de nuestro entorno y por debajo de la media de la Unión Europea.

Según Octavio Ortega, de Pons Seguridad Vial, desde hace años, «todos los autobuses tienen que cumplir unas medidas de seguridad muy estrictas». Todos tienen que llevar ABS, sistemas electrónicos de control de tracción, limitadores de velocidad máxima, cinturones de seguridad, estructura de seguridad que protege en caso de vuelco y un tacógrafo que registre que no se han superado los tiempos máximos de conducción o los mínimos de descanso.

Incluso en los autobuses urbanos habría que ponerse el cinturón de seguridad
Incluso en los autobuses urbanos habría que ponerse el cinturón de seguridad

En 2008 entró en vigor la obligatoriedad de tener una formación adicional : el Certificado de Aptitud Profesional (CAP), obligatorio para todos los conductores que garantiza que, además de su carné de conducir, han recibido una formación adicional que comprende, entre otros, conocimientos técnicos del vehículo, reglamentación específica de transporte de viajeros, conducción eficiente y prevención de riesgos laborales.

Además de esta formación inicial, cada cinco años tienen que realizar otro curso de formación continua que certifica que siguen manteniendo los conocimientos necesarios.

En estos accidentes hay un factor muy importante con respecto al cinturón de seguridad. Aunque es responsabilidad del conductor o del guía recordar a los pasajeros la obligación de utilizar el cinturón, nadie puede controlar que sea así. En los aviones la tripulación controla que todos los pasajeros lo tienen abrochado durante el despegue y el aterrizaje aunque en caso de accidente las posibilidades de sobrevivir son mínimas. En un accidente de tráfico tener abrochado el cinturón puede salvar vidas con mucha más probabilidad.

Quizá sería hora de que esta obligación se pudiera controlar y que el conductor supiera, como ocurre en los turismos, que alguno de los pasajeros se ha desabrochado el cinturón. Así sería posible que con esta medida el número de muertos y heridos en los accidentes de autobuses disminuyera.

Fuente : ABC Motor

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